Su llegada fue "por todo lo alto". Ser un sábado por la mañana y con un tiempo casi veraniego hicieron que el mar se llenara de pequeñas embarcaciones ansiosas por ver llegar a Pepe Ribes y a Álex Pella. Y a pies de la estátua de Colón se juntó mucha gente entre curiosos, amigos, invitados, prensa y demás para recibir el barco rojo. Seguramente el día que más gente hubo.
Afortunadamente, no lo tuve fácil, pude ir y ser uno más de los que pude acompañar al Estrella Damm en sus últimas millas náuticas de la regata.
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